Una vez acabado el partido, celebrado el resultado y a la espera de ver como quedan emparejadas las eliminatorias, siempre surgen las voces que opinan que el sorteo será una milonga, que las "bolas calientes" evitaran definitivamente la opción de una "final vasca", y que no pueden permitir que la mayoría de los asistentes silben el himno.Bueno, la realidad es tozuda y convincente, y el sorteo no ha mostrado resquicio que permita sospechar que haya sido manipulado ...
