Casado no está colocando ni a los más duros ni a los más blandos. Solo a aquellos que le garanticen fidelidad.
Casado sabe que heredará La Moncloa si aguanta el tiempo suficiente sobre el toro mecánico en el que está. Más tarde o más temprano, todo gobierno pierde las elecciones en España –rara vez lo gana su rival–. Y para ser presidente, lo más importante no es el resultado electoral. Es mantener el control del partido, esperar turno y eliminar a cualquier rival potencial.
Porque la estrategia de Pablo Casado es la misma que antes hizo –a la tercera– presidente a Mariano Rajoy: "La vida es resistir".