Ante la pandemia del COVID-19, consideramos necesarias y válidas las restricciones de movilidad impuestas por razones de salud colectiva, según recomendaciones científicas provenientes de la OMS y las autoridades sanitarias.
Creemos firmemente en que para evitar el contagio comunitario hay que mantener la debida distancia social y evitar la cercanía entre personas de todas las edades que no convivan juntos. Pero nos parece absurda la situación actual de Italia o España (los países de peor natalidad) en la que la infancia mira desde sus ventanas cómo se pavonean los perros con sus privilegiados dueños.
Solicitamos que, en ningún caso, los "derechos perrunos" rebasen los Derechos Humanos de nuestros niños y niñas. Nos declaramos amantes de los animales (no siempre de las mascotas), pero una sociedad que no valora a su infancia está condenada a desaparecer.
Sabemos que es indigno que un perro convertido en mascota debe permanecer en un hogar pequeño, pero mucho peor es mantener así a la infancia. Todo mientras la realidad que ven y el mensaje que se les transmite es que los perros disfrutan de más libertad que ellos.
Concluimos que respetaremos a rajatabla las instrucciones que dicten, pero sería mejor para todos, humanidad y fauna, si apreciásemos a los seres humanos más o tanto como a las mascotas.