Ha llegado la hora de la verdad para Europa.
La hora de una respuesta unida, ambiciosa y solidaria, porque esa es, sin duda, la mejor defensa del interés común.
De nuevo, nuestro mayor enemigo, somos nosotros mismos en forma de arrogancia y del egoísmo nacional de algunos que arrastra a todos a actuar con poco y demasiado tarde.
Europa se juega su futuro, y probablemente su supervivencia en todo ello, porque muchos europeos se preguntan con razón, si no es ahora el tiempo de la unidad, la ambición y la solidaridad, ¿entonces cuándo?