Una gran parte de la ciudadanía republicana, anti dinástica o contraria a que la Jefatura del Estado dependa del semen de un ciudadano, reclaman desde hace tiempo aclaración al actual Gobierno progresista, y ya lo hacia a los anteriores, por los 100 millones saudís entregados al monarca español. Un dinero que según el periódico "Tribune de Genéve" escondía Don Juan Carlos en Ginebra.
Algunos diputados exigen que los caudales del Borbón jubilado se destinen a la sanidad pública. Sería un detalle y una manera más "eficaz" y creíble de repetir aquello de "Perdón, no volverá a pasar".
Las aventuras económicas del emérito jalonan su reinado y, aunque han sido menos aireadas que las amorosas, permiten afirmar a algunos personajes bien informados que los 100 millones conocidos ahora son solo una pequeña parte de la fortuna oculta del monarca.
Ya es sabido que el manto de inmunidad (e impunidad) que cubría y cubre al jefe del Estado durante el reinado, y tras la abdicación, facilita algunas respuestas escritas del Ejecutivo, pero también puede acentuar la exigencia de transparencia y devolución de los caudales inconfesables y distraídos al fisco.
Podemos esperar hasta que acabe esta pelea viral. Por supuesto. Hemos esperado años, podemos esperar semanas. Pero cuando se pueda, sería buena poderlo hablar en público, sin trabas y sin acusaciones de antipatriotismo por desear claridad y transparencia.
Podemos esperar hasta que acabe esta pelea viral. Por supuesto. Hemos esperado años, podemos esperar semanas. Pero cuando se pueda, sería buena poderlo hablar en público, sin trabas y sin acusaciones de antipatriotismo por desear claridad y transparencia.
