Las izquierdas no socialdemócratas europeas
no pueden aplicar en 2025 a la actual situación geopolítica mundial
un discurso antimilitarista en los mismos términos que hace cuatro décadas.
El rechazo a la OTAN no tiene hoy el mismo significado que en 1986

sábado, 23 de mayo de 2020

De una sola tacada, el Acuerdo ese raro entre PSOE-Podemos y EH-Bildu ha conseguido:

Esta cara no es la mejor imagen para transmitir
acuerdos democráticos, sociales y/o económicos en España.
Sigue siendo un símbolo de confrontación y enfrentamiento.
-llevar a la patronal al monte, 
-enfurecer a los sindicatos, 
-poner en riesgo la concertación social como piedra angular de unos hipotéticos pactos de Reconstrucción, 
-enviar una señal equívoca a Bruselas sobre la cohesión del Gobierno español mientras se dirime el pulso sobre la cuantía y la condicionalidad de las ayudas europeas, 
-complicar, aún más, la elaboración de los presupuestos generales del Estado del 2021, 
-acentuar las reticencias de la gran empresa sobre la actual fórmula gubernamental, 
-empujar hacia las cacerolas a pequeños y medianos empresarios en apuros, 
-debilitar la autoridad del Ejecutivo en un momento muy delicado de la desescalada, cuando Italia intenta tomar ventaja en el exangüe mercado turístico, 
-fortalecer los mensajes catastrofistas de la oposición, 
-confirmar a José María Aznar como capitán general del frente de rechazo, 
-alimentar la fronda mediática que cada día intenta despellejarles, 
-convertir en un tormento oriental la votación de la próxima y última prórroga del estado de alarma, 
-irritar al Partido Nacionalista Vasco, 
-irritar a Compromís (que se ha subido a un naranjo), 
-irritarse a sí mismos, 
-debilitar a ERC, 
-fortalecer a Junts per Catalunya, y espesar todavía más, si cabe, el marasmo catalán. --excitar los planes, más o menos fantasiosos, para forzar la convocatoria de elecciones generales en invierno. 
-despertar a la disidencia en el PSOE.
-desconcertar a los votantes más sanchistas.
-acabar de debilitar lo que ya era débil. 


Todo de una tacada. No es poco. Más de dos docenas de razones para replantear el tema, reconducirlo a los agente sociales, económicos y políticos de donde no debía de haber salido, y reforzar las alianzas iniciales cuidándolas bastante más de lo que se está haciendo durantes estos últimos meses.