en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

sábado, 2 de mayo de 2020

Athletic, profesionales o románticos.


Los aficionados podemos ser románticos. Incluso nos podemos permitir el lujo de dar opiniones de los más variopintas y variadas. 

Ellos no. Los que aceptaron de muy buena gana pasar de excelentes deportistas o profesionales del deporte que defienden la camiseta del equipo que les paga, no pueden opinar ligeramente, pues en su caso, la libertad de opinión al respecto está condicionada por lo que los pagadores decidan.

Y en el fútbol, mal que nos pese, o no, los equipos de primera división son empresas, más o menos deportivas, pero empresas, gestionadas directa o indirectamente por gestores de empresas, y que tienen que realizar balances económicos como el resto de las empresas. Y punto.

Y ninguna empresa, aduciendo motivos más o menos románticos, renuncia a la posibilidad de ganar un capital importante de dinero. Ninguna empresa renuncia a los pingues beneficios que supone desarrollar su labor en Europa. Ninguna. Empresas deportivas, más o menos camufladas, incluídas.

Así que, no se discuta más, que solo lleva a enfrentamientos y enfados entre aficionados, aunque ahora solo puedan hacerlo por videoconferencias, y anúnciese cuanto antes la decisión que ya tienen de sobra tomada pero que se niegan a hacer público por miedo a unos miles de aficionados que no conciben no poder ir a la final, pero la mayoría que la vemos con buenos ojos, se juegue en Sevilla, Vitoria o San Mamés, la íbamos a seguir simplemente por la tele, desde un bar o desde casa, pero por la tele.

Y la celebración, con gabarra incluida, claro que si podremos celebrar aunque sea más tarde. ¡Aúpa Athletic! Y a por la Copa.