en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Gracias Fernando

Ayer lo escuche. Tus apariciones públicas se reducirán. Haces bien, Fernando. Ya hay ambiente de fiesta y la pancarta de nuestra sociedad es  "el muerto al hoyo y el vivo al bollo".

Hace muchos años que llegaste a Asturias, pidiendo colaborar sanitariamente en una misión asturiana, ubicada en Burundi. Desde entonces hasta hoy, te has convertido en una  humilde eminencia humana y científica.

Tengo la seguridad de que no te ha costado mucho esfuerzo destacar  entre la mediocridad humana y moral de quienes se han convertido en tu permanente tribunal académico. Te ruego que no presumas de esto. Eso, perdona, no es mérito. 

Se ríen de tu figura y atuendo porque no buscas, como ellos, ropas que disimulen la indigencia moral. Te acusan de dudar, ellos que, por su ignorancia, desconocen que la duda es el mayor tesoro de los sabios. Ningunean tu bagaje científico y tu esfuerzo en conseguirlo, ellos que lograron títulos universitarios con solo un chasquido de dedos de quienes los regalaban como chucherias.

Desprecian tu laboriosidad, ellos que ostentan la vaguería institucional desde su más tierna infancia. No valoran tu capacidad de interlocución con todo el mundo (por tu dominio de idiomas y por tu talante), ellos que utilizan la Bandera, nuestra Bandera, para atizar en la cabeza a quienes no piensan igual y que su lenguaje es tan repetitivo como el de una pajareria.

Hasta te llevan a los Tribunales al atribuirte muertes, ellos que no han llorado ni uno solo de los muertos de esta maldita pandemia porque el "cuanto peor mejor" era su obsesión.

No seré yo quien trate de animarte a ti que has vivido en tus carnes muchas situaciones similares a esta en cuanto a la incomprensión. Pero si me atrevo a pedirte que no dejes de dedicar tu tiempo a  la investigación epidemiológica porque esta pandemia del COVID19, es solo un anuncio de la Pandemia de Inmoralidad y Fanatismo de una buena parte de nuestra Clase Política.

Pero aunque se empeñen nunca impedirán que, cuando miremos al cielo de los recuerdos, tu imagen, como un humilde faro en la bocana de un puerto, regale sus destellos para quienes quieran, con la mente limpia, resguardarse del temporal.

Gracias, Fernando. Fernando Simón.