Como decía Lourdes Oñederra no vamos bien cuando circulan palabras como ‘españolista’ de denotación brumosa y connotación envenenada; cuando no se sabe distinguir ‘conflicto’ de ‘violencia’, cuando se acepta la utilización de ‘gudari’, tanto para referirse a quienes se alzaron en favor de la República contra los golpistas, como para referirse a los "terroristas", cuando se llama ‘equivocación’ a lo que fue una ‘opción’, la de considerar que la vida humana valía menos que la idea de patria de unos cuantos.
En la política de dispersión la forma de dispersar era propiciar que la gente más receptiva a lo que estaba pasando en el exterior se librara de la presión del resto, los duros. Y así olvidó el objetivo de la reinserción de los presos (política penitenciaria) para centrarse en la presión al entramado pro ETA (política antiterrorista).
Y a los de Ibil y ATA, los antiguos compañeros/as de, los que ellos mismos denominan, la "izquierda abertzale oficial", deberían de convencerles de la inutilidad, estupidez e hijoputez de su violencia destructiva.