Su simpatía por los supremacistas blancos, el negacionismo, la corrupción en su entorno.
Sus feroces insultos que se han convertido en la nueva normalidad de la presidencia más poderosa del mundo.
Por fin, se cierra esa macabra etapa. Termina la pesadilla Trump.
Y estos días disfrutaremos viéndole sufrir y protestar por su contundente derrota.
La administración americana es lo suficientemente sólida como para que este payaso ricachón no se salga con la suya.
no pueden aplicar en 2025 a la actual situación geopolítica mundial
un discurso antimilitarista en los mismos términos que hace cuatro décadas.
El rechazo a la OTAN no tiene hoy el mismo significado que en 1986