Para el ayatolá Jamenei, el presidente Erdogan o los Hermanos Musulmanes, la república se asemeja al califato islámico que impone la autoridad de Dios, la teocracia, y abomina del laicismo.
Para Putin o para Trump, es el poder vertical de un presidente nacionalista y autoritario.
Para Maduro, la dictadura de una mayoría sin respeto a la oposición ni sujeción al Estado de derecho.
Para los europeos, la república es Francia. Libertad, igualdad y fraternidad. La ilustración. Una sociedad gobernada por las leyes. La escuela laica y las libertades de conciencia, de creación y de expresión bien protegidas. Sin grupos étnicos o religiosos que sitúen sus reglas comunitarias por encima de las leyes de todos.
Esa república es insoportable para el islamismo radical, el autoritarismo y el nacionalismo populista.